La sociedad de consumo nos inventa necesidades de forma permanente y los chicos son el blanco preferido de las campañas de marketing y publicidad, debido al gran poder que tienen en la decisión de las marcas de los productos que se consumen en el hogar.
El cambio permanente y el mandato de consumir y descartar nos obliga a correr, por ejemplo, detrás del último modelo de celular a la vez que sentimos que nada alcanza, que siempre hay más.